El conflicto es inevitable

“inevitable” diría doña Shakira en aquellos tiempos donde si valía la pena escuchar, cuando no le había pegado la “necesidad” de ser esuchada por las masas haciendo duos con reguetoneros cuya música provoca actividad cerebral al mínimo ocasionando lo que comúnmente llamamos: pereza aguda de tanta idiotéz dichá en esos “géneros musicales” fácilmente digeribles por las masas.

Pero… este no era un post sobre música, por una sola razón: cada quien se “alimenta” de lo que quiera o tiene a la mano, algúnos pues, prefieren alimentarse de los desperdicios, y pues, eso es tambien defendible, por los productores de reguetón 🙂

Ahora si, enfocándonos: en física cuántica hay una corriente que plantea que el tiempo fluye como un río; así tal cual las corrientes en el río, aunque una pieda sea lanzada, ocasionará una onda momentánea, pero eventualmente la misma corriente se corregirá para fluir en la misma direccion y sin mayor efecto, es decir, de una o de otra forma la corriente no se detiene ni sufre cambios, excepto los pequeños efectos de las ondas momentáneas, pero su final trayecto seguirá siendo el mismo. En palabras más sencillas: por más que pudieramos regresar al pasado a cambiar algo, el mismo universo buscaría la forma de volver a “arreglarse” y al regresar al futuro no habría cambio alguno.

Vamos por pasos, en primera aún no podemos viajar en el tiempo, aunque por la graciosidad de la teoría de Einstein sabemos que es viable hacerlo. En segundo plano, por la misma culpa de Einstein sabemos que solo podemos viajar en el tiempo hacia el futuro, que es la relatividad del tiempo que ocasionan las masas colosales de los cuerpos celestes, es la razón por la que la tierra logra curvar el tiempo-espacio y nosotros lo sentimos en algo tan básico: la gravedad. Quizá esa es la razón por la que Stephen Hawking nunca tuvo un buen resultado en su fiesta organizada para los “viajeros del tiempo” pues como no se puede viajar al pasado, era imposible que un viajero del futuro viniera a este que para él es el pasado, aunque para nosotros sea el presente, claro que entonces cuando nosotros en nuestro presente si hayamos logrado el viaje en el tiempo, podrémos ir al futuro, es decir, la fiesta del “viajero en el tiempo” solo podríamos experimentarla en el futuro nosotros, después de haber logrado viajar en el tiempo, para que los de nuestro pasado puedan visitarnos a nosotros -los del futuro- en nuestro presente; pero creo que ya los hice chibolas y perdí el punto… las disculpas 😀 prometo que haré un nuevo post en relación a esto, para haceros más chibolas aún.

Regresando al título de este post, a lo largo de la vida todos los que buscamos evitar al máximo los puntos conflictivos por varias razones, pareciera que estamos condenados a que eventualmente esto va a pasar de una o de otra forma, estoy 99,99% seguro de que quienes me leen han pasado por el conflicto y han de estar riéndose de esto, o quizá si no han pasado, y han luchado para evitarlo, a lo largo de su vida tendrán que eventualmente lidiar con el mismo. ¿por qué? para mi la razón es sencilla: ser el bochorno o dolor de cabeza de alguien más es depende mucho más que en nuestras acciones, más bien en la forma en la que la otra persona interpretará las mismas (nuestras acciones). Es como la corriente de un río que lleva piedrecitas a lo largo del río, por más que una “piedra” intente “maniobrar” para evitar el contacto con otras, es simplemente inevitable y eventualmente tendrá que chocar con otras piedras; de hecho esa es una de las mas grandes razones del porqué las piedras suelen encontrarse a las orillas de los ríos tan suaves y finas.

De hecho, quizá la mayoría de ustedes estarán de acuerdo conmigo que también en la vida, nos tocará ser el bochorno de alguien más, y de esto también se trata de prepararnos psicologicamente y ser fuertes, que aunque tratemos lo más que podemos, eventualmente serémos el bochorno en la vida de alguien más, así como lo más probable es que alguien más sea el bochorno en nuestra vida. Ah, ¿no me creen? les apuesto a que han sido ya el dolor de cabeza de una que otra persona, y seguro alguien más ha sido el dolor de cabeza suyo.

Es tan cierto como saber el hecho de que ustedes serán el “crush” de alguien más y pues simplemente alguien será el “crush” de ustedes.

Tan cierto como saber que en esta vida algunas veces les tocará que les rompan el corazoncito y otras veces ustedes serán los que romperán el corazón de alguien más, a veces sin darse cuenta.

¿no les ha pasado? entonces reconsideren qué es eso que llaman “enamorarse”…

Ahora bien, el punto no era hablar del corazón, que seguro estoy, ustedes ya están casi hartos de que se ventilen los temas del corazon en cada lado. Esto simplemente fue la catchup de este platillo. La carne, lo principal, era el hecho de que por más que se intente evitar este tipo de cosas (el conflicto, la vergüenza, etc) eso será simplemente imposible, pues es parte de esta vida, a veces quizá sea mejor ni siquiera buscar evitarlo sino simplemente aceptarlo como tal cuando venga y ya, esto nos daría mejores herramientas y “habilidades” (si es que puedo ponerlo así) la próxima vez que nos toque pasar por las mismas.

He conocido personas pacifistas, que por más que se han esforzado, eventualmente terminan siendo el dolor de cabeza de alguien más, sin ninguna intención, ¿por qué? por la misma razón: porque uno puede controlar cómo percibir las cosas, pero NO puede controlar cómo las otras personas van a percibir las acciones nuestras, entonces, es sencillo: lo que uno puede hacer “bien” otras personas deciden tomarlo de otra forma y para estas personas nosotros terminaremos siendo el dolor de cabeza, y no, lo lamento, malas noticias, no, simplemente no hay un “codigo ético” de conducta para “que las personas interpreten bien todo”, eso es imposible, pues depende del modelo mental de las otras personas, o para ponerlo en palabras mas sencillas: depende de todo el cachimbeo que las personas llevan dentro, a partir de ahí procederán a juzgar las acciones nuestras. Y adivinen… será igual de nuestro lado, dependerá de los demonios que llevemos dentro y cómo los administremos, la forma en la que interpretaremos las acciones de los demás y nadie, nadie, pero nadie, podrá indicarnos cómo debemos interpretarlos, pues eso si ya sería imposición.

En lo personal me pasó, intenté por todos los medios no ser el dolor de cabeza de alguien, pero me doy cuenta que en la cabeza de las personas yo no puedo mandar y eventualmente me “he ganado” que me llamen su dolor de cabeza; es algo que inicialmente me recriminé hasta que me di cuenta que por más que yo intentara obrar bien, esas personas lo iban a ver con ojos distintos y si, llegué a hartarme de intentar hacer las cosas de forma tal que esas mismas personas vieran que no era yo quien obraba mal, pero ya de eso a intentar controlar la forma en la que las otras personas perciben mis acciones, ahí si ya no puedo, ni que fuera una deidad para poder meterme en la cabeza de la gente y controlarlas, así que simplemente decidía aceptarlo y a que finalmente me importara toooodo esto: un glorioso chicle tirado en la calle.

Si, es asqueroso solo imaginarselo lo se, justamente por eso puse ese ejemplo, para que dimensionaramos lo que me importa intentar cambiar la forma en la que la gente mira mis acciones después de esforzarme por hacerlas bien.

No, no es catarsis, aunque pareciera, jaja, simplemente era mencionar que si usted está luchando con eso mismo, de que por mas que intenta hacer algo bien para no ser el dolor de cabeza de otra persona, pero esta persona sigue viéndolo como su dolor de cabeza, mi mejor consejo es: acéptelo, jamás usted podrá cambiar la forma en la que esta persona la percibe, así que mejor ya ni luche contra eso. Más bien, acéptelo y deje que la otra persona la vea a usted como quiera, finalmente será problema de esa persona no suyo, eventualmente la carga a llevar será de la otra persona no de la suya; y si, que le importe esto: un glorioso bendito y santo chicle tirado en la calle..

Si de algo le sirve el consejito…

Gracias por leer a este humilde mortal.

Deja un comentario