Pero no.

Pero no, no nos enseñaron a pensar, a la mayoría de esta rota sociedad le enseñaron a ejecutar instrucciones. Y si, por eso son buenos para ganar cursos en los colegios, son “pilísimas” para sacar trofeos en los colegios, son “cracks” para tener medallas de “honor al mérito”, son excelentes para las preguntas de examen, se saben de memoria las respuestas del libro, son “genios” en las universidades, y son “buenos” para los trabajos, son buenos para ganar dinero, son buenos para ejecutar lo que otros pensadores les dicen, son buenos para repetir lo que un libro dice, son buenísimos para rezar los enunciados de cualquier “líder” de su sociedad. Por eso les encanta los videos cortos de tiktok, se “educan” usando tiktok. Se educan con lo que sus “influencers” les dicen.

“instant gratification” se le llama a la tendencia de que las personas no quieren saber más que lo poco que dicen un tuit, un video corto de tiktok, o incluso un pequeño video de 10 mins de youtube, aman saber de todo, de todo, y burlarse de “lo tonto” que son los demás solo por el hecho de no compartir su misma opinión.  La gratificación instantánea inicia cuando las personas deciden que deben hacer lo que sea con tal de mantenerse en el hablar de los demás, se tomaban selfies, se hacían retos tontos incluso algunos donde arriesgaban su vida, luego vinieron las generaciones que tomaron esto como el estándar, luego vinieron las redes sociales que promovían este tipo de cosas, se “inventaron”  los famosos influencers y tiktokeros y a la sociedad le encantó, les enamoraba ver 10 videos de tiktok donde veían estupideces y uno que otro “intelectual” explicando un fenómeno natural o social, esto los hacía ser “conocedores” de todo. Pero, todo esto suena bien ¿no? Es decir, para eso era que se suponía que se inventaba o bueno, se compartía el internet, para hacer que una sociedad estuviera hiper-comunicada e hiper-informada, pero entonces ¿qué diablos pasó? ¿Dónde se ch***ó  todo?

La gratificación instantánea como todo otro evento que tiene que ver con el ser humano, tiene efectos secundarios, uno de ellos era la necesidad de que fuese: INSTANTANEA.

Las personas querían que todo fuese ¡para ya! Pronto, las personas dejaron de querer profundizar, dejaron de querer siquiera tener deseo de leer un documento donde se explicara un tema, dejaron de ver los datos, dejaron de ver las evidencias vírgenes por escuchar las lecturas y predicaciones de los inútiles llamados “influencers”, ya no valía la pena investigar o profundizar del tema porque “te voy a pasar el tiktok” lo resolvía todo. Por 10GTQ Adivinen ¿hacia dónde llevó todo esto? Se llama: pereza mental, holgazanería del cerebro o dicho en términos muy guatemaltecos “hue****ría intelectual” (en este post vamos a poner con * las palabras reservadas, por aquello que alguna persona mojigata o “santa” nos esté leyendo y se “ofenda” y como esta de moda que si se ofenden “hay que cancelarlo” pues las generaciones cada vez son más frágiles, no vaya a ser…).

Conocimiento, pero no el chismorreo, pero no la narrativa de los eventos, donde cada pendejo le pone su consomé y sus propios condimentos y lo vende como producto terminado, no el clásico inepto que fue un completo mediocre en los círculos intelectuales, pero habla pendejadas en alguna red social y que la masa, el guatemalteco estándar, se lo compra como si fuera pan caliente porque es fácilmente digerible mentalmente, pues ofrece el mínimo de intelecto. No, ese no, no el que venden los intelectuales de pacotilla que se dejan llevar por una corriente, no, no, tampoco ese conocimiento que esta coaccionado por: dinero… ese tampoco, ese no es conocimiento, ese no, ese solo es una “llamarada de tusa” que solo deja mas negro el ambiente, o mejor dicho mas nublado el ambiente (no se me vayan a poner como los niños que les ofende cualquier palabra que la relacionan con una raza y también van a querer cancelar).

Me refiero al conocimiento producto de la investigación, al conocimiento que no se basa en lo que un político mediocre quiere, al conocimiento que no deja nada sin pasar por el filtro del “¿POR QUE?”, me refiero al mero conocimiento que te hace sudar intelectualmente, a aquel que te excita y te hace tener orgasmos intelectuales cuando se descubre, al conocimiento que una vez digerido hace que la sociedad se vea distinta, con todos sus malditos vicios de masas, al conocimiento que te aterriza y no te hace ser un soñador sin tener los pies en la tierra, me refiero al conocimiento que pesa, al de alto octanaje, al conocimiento que una vez probado sabe “rico en el paladar aunque amargo en el vientre” porque elimina la ignorancia de la vista, y te permite ver la sociedad en su estado basal.

Sírvase este post como mi sentencia propia, si mi Creador me permite una larga vida, concédaseme el deseo y oblígueseme a terminar mis días con una maleta atascada, atiborrada, saturada y rebosante de conocimiento que sería aquello -como bien lo decía Viktor Frankl- <<que jamás me podrá ser arrebatado>> y al abrir los ojos de nuevo, descargar la maleta.

*mi calculo indica unos 75 años aproximadamente, y le pedí permiso para tomarle foto, de hecho, hasta posó para la misma, le dije que escribiría algo acerca de él, así que he cumplido; leía algo, y tomaba notas en su cuaderno, quien sabe dónde quedarán esos diarios cuando este doncito regrese a la naturaleza*

Pero… no, a esta sociedad no le enseñaron CÓMO PENSAR; les enseñaron QUÉ PENSAR. Y son felices así, porque a veces, “y solo a veces”, la ignorancia = felicidad.

Gracias por leer a este tonto pensador.

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